Que ver en Altea 

 A partir de ahí descienden, por su Casco Antiguo, callejas empedradas y escalonadas, con características casas blancas, que en su tiempo estuvieron protegidas por una sólida muralla.

A los pies del montículo se extiende el barrio de los pescadores, animado por un remozado paseo marítimo y el Puerto, que mantiene una gran actividad pesquera.

  En los espacios más concurridos de la población artesanos y pintores se entremezclan con veraneantes y vecinos formando un mestizaje vital cautivador.

La ciudad amurallada aún conserva sus puertas de entrada. El Portal Nuevo y el Portal Viejo, así como el trazado de sus calles y las glorietas, ocupando los baluartes. A su alrededor el arrabal de los labradores, el Fornet y en la vertiente oeste, el arrabal marinero. Entre ambos, les Costeres, que van a dar a la plaza de la Creu y Bellaguarda.

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